Misterioso cráneo hallado en una playa antártica podría reescribir la historia de la exploración
Un descubrimiento de hace décadas en una desolada playa antártica está generando un debate sobre los primeros humanos que pisaron el continente helado.
Se cree que el fragmento de cráneo, encontrado en 1985 en la playa Yámana, son los restos humanos más antiguos conocidos de la región del Polo Sur, que posiblemente datan de principios del siglo XIX. El biólogo chileno Daniel Torres Navarro encontró por casualidad parte de un cráneo humano mientras recogía desechos marinos en la playa.
Inicialmente, solo era visible la parte posterior del cráneo, y poco después se descubrieron fragmentos adicionales, incluidas partes del maxilar superior con varios dientes. A pesar de extensas búsquedas en el área circundante, no se encontró la mandíbula ni vértebras, y faltaban dos dientes frontales.
Un análisis posterior sugirió que los restos pertenecían a una mujer joven de Chile que probablemente murió entre 1819 y 1825, lo que coincide con los primeros avistamientos confirmados de la Antártida en 1820 y los primeros desembarcos registrados poco después, según informa el Daily Star.
Si esta cronología es precisa, indicaría una presencia humana increíblemente temprana en la zona, coincidiendo con la época en que los cazadores de focas de América del Sur, América del Norte y Europa se aventuraban más al sur en busca de valiosas pieles.
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El misterio de cómo los restos de la mujer terminaron en la playa sigue sin resolverse. Navarro, el investigador, propuso dos teorías: podría haber sido parte de una expedición de caza de focas y haber sido dejada en la orilla por razones desconocidas.
Alternativamente, pudo haber muerto en el mar y haber recibido un entierro en el mar —una práctica común en la cultura marítima— y sus restos fueron luego arrastrados a la orilla por las corrientes y las tormentas. El duro ecosistema polar y las aves marinas carroñeras podrían explicar la mandíbula y los dientes faltantes, y la falta de otro material esquelético cercano.
Desde el descubrimiento inicial, solo se han encontrado algunos materiales adicionales, incluido un fémur cerca del lugar. Esto lleva a los investigadores a creer que los restos fueron ampliamente dispersados por el clima y la vida silvestre.
Sin evidencia más completa, la identidad de la mujer y las circunstancias exactas de su muerte siguen siendo un enigma.
Este descubrimiento contribuye a un rompecabezas histórico más grande. Si bien la expedición rusa dirigida por Thaddeus von Bellingshausen es generalmente reconocida como la primera en avistar el continente antártico en 1820, en ese momento había tripulaciones de cazadores de focas activas en todo el Océano Austral.
Algunos relatos incluso sugieren desembarcos ya en 1821. Por lo tanto, es plausible la presencia de restos humanos de alrededor de ese período en una playa antártica. Sirve como un recordatorio aleccionador de los peligros que enfrentaron los primeros marineros en uno de los entornos más duros de la Tierra.
También hay teorías más especulativas. Algunos investigadores se refieren a las tradiciones maoríes que describen viajes profundamente hacia el Océano Austral siglos antes, notablemente el viaje del siglo VII atribuido a Hui Te Rangiora.
Estos relatos describen un "lugar brumoso, nebuloso y oscuro" en latitudes altas del sur.
Créditos de la imagen https://www.themirror.com/news/weird-news/mysterious-skull-found-antarctic-beach-1451183